Voilá.
Aquí estoy pensando otra vez en cómo sostener mi práctica, en como hacer que no me gane la pereza y los mil quehaceres, para que mi práctica personal sobreviva.
Tengo algunas estrategias que he usado alternativamente desde hace tiempo, de modo que cuando una parece no funcionar más, cambio a otra, y así. Es como un baúl de herramientas salvadoras.
Aquí van:
Soy una entusiasta creadora de listas.
Listas de quehaceres, de cosas que me gustaría terminar, de compras para hacer, de organización de los tiempos del día, etc. Cabe decir que no son listas sumamente rígidas, sino que funcionan más bien como una guía, como una intención.
En cuanto a lo que nos ocupa, que es dar lugar a nuestra práctica regular de yoga en casa, creo que lo mejor es organizar cada día de la semana (de antemano) haciendo una lista de actividades o una grilla horaria. No tenemos por qué practicar cada día a la misma hora, pero eso sí que ayuda y mucho, sobre todo a recordarlo.
Por supuesto que respetar ese lugar en el día, es algo que no depende tanto de las ganas sino de la voluntad, pero eso es un tema largo que tocaremos en algún otro momento.
Digamos que es mucho más importante llegar hasta ahí, disponerse a abrir el mat y posarse sobre él, que lo que decidamos hacer ese día. Está bueno darse la libertad para practicar según nuestras posibilidades de ese día.
Eso sí: siempre es mejor 15 minutos de práctica, que nada en absoluto. Estamos construyendo constancia aquí.
Me sé lo suficientemente afortunada como para disponer en casa de una habitación para estas cosas. Sólo para mí. Nada o casi nada en el piso, un armario, una veladora y una ventana. Y es suficiente.
Te recomiendo buscar idealmente un espacio del que puedas apropiarte aunque sólo sea durante el horario de tu práctica de yoga, donde tu mat quepa cómodamente (y un poco más de espacio alrededor para poder estirarte), y sobre todo en el que nadie te interrumpa.
En casa, cuelgo un cartel del lado de afuera de la puerta de mi habitación yogui, para no ser molestada justo cuando estoy concentrada practicando.
Las mascotas son hermosas y una compañía divina, pero no siempre favorecen nuestra concentración. Creo que eso tendrá que verlo cada quién según el carácter de su gato , perro, cacatúa, etc.
¡Cuánto mejor es la práctica cuando no tenemos que luchar permanentemente para no resbalarnos! Esto es particularmente importante cuando tu estilo de yoga es uno vigoroso, y en el que generas mucho calor (y transpiración); créeme que te evitarás muchos resbalones y eventuales lesiones, si inviertes en un mat de buena calidad, que de paso te durará algunos años.
Para las prácticas más restaurativas, o para Yin Yoga, encuentro encantador usar un mat con la parte de arriba de gamuza. Es peludito y suave, muy confortable para posturas de descanso.
Si teniendo un mat adecuado la experiencia misma del movimiento es buena, tendrás más ganas de volver a la práctica una y otra vez.
Si quieres aportar un poco de novedad a tu práctica, una cosa súper buena que puedes hacer es sacar a pasear tu colchoneta e ir a practicar a un parque.
No es para hacerlo a cada rato (a no ser que justo tengas un espacio verde apacible cerca), pero considera que practicar cerca de la naturaleza es otra cosa. Algo así como subir de nivel.
Esta opción es especial para los días en que te falta motivación.
Si ya tienes suficiente independencia para practicar a tu manera, fantástico. Podrás sin problema, según cómo te sientas un día determinado, practicar un estilo de yoga u otro, o variar las asanas.
Si precisas una guía, puedes recurrir a clases grabadas de las que hay miles en internet (preferentemente, si tienes un profe que te ayude, puedes pedir orientación a este respecto). Si eres alumna mía, probablemente tengas tarea para tu práctica semanal, je.
En resumen, la idea aquí es abandonar las rigideces mentales y practicar lo que sea que precises trabajar ese día. Hay veces en que lo que precisamos es descansar y escucharnos, y otros en que la acción es lo que se impone. Y saber diferenciarlo, saber observar nuestras necesidades de cada día, es parte de la cosa.
Me funciona bien pensar que el objetivo de la práctica de yoga, sobre todo, es calmar la mente. Es estar en el presente.
Por eso, no es buena idea a mi entender pedirle a esta disciplina que cubra todas nuestras necesidades. A saber: Si lo que preciso es salir a correr, o practicar algún deporte porque preciso gastar energía física, me parece mejor hacer deporte, justamente.
Y luego pedirle a la práctica lo que es de la práctica.
Porque si no, corremos el riesgo de tomarnos el yoga como una suerte de entrenamiento aeróbico solamente, y ahí ya es muy fácil desconectarse de la práctica consciente (que es el meollo del asunto).
Entonces creo que es una muy buena idea organizar la semana con espacios para ambas cosas. Y para meditar, de paso.
Espero que les haya sido de ayuda esta pequeña guía, y que puedan construir una práctica en casa muy positiva para ustedes.